Reseña | Sonos Beam G2: una barra de sonido que abre un universo

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La marca presenta una soundbar inteligente, capaz de adaptarse a cada espacio para ofrecer sonido espacial e inmersivo, compatible con Dolby Atmos. Una experiencia en la que cada detalle cuenta.




Alta definición de imagen, audio en alta resolución, experiencias inmersivas. Actualmente, a esto es lo que apuesta hoy la tecnología audiovisual. Películas, series, videojuegos y también la música responden a una demanda por contenidos que respondan a esta lógica: que los usuarios se ubiquen dentro de la acción.

Las smart TVs, por ejemplo, hoy incluyen pantallas que apelan al hiperrealismo, en respuesta a la oferta de la industria que produce películas y series en formato 4K. Las consolas de videojuegos son cada vez más poderosas y los creadores de títulos no sólo se han preocupado de profundizar el campo visual sino que también el sonoro.

En el audio, la entrada de Dolby Atmos ha significado una revolución a la que poco a poco la música busca sacar provecho: las masterizaciones ahora se piensan también para sistemas 7.1, fragmentando los puntos de escucha de manera de generar una espacialidad en la que el oyente esté en el centro. En el sistema solar sonoro del presente y futuro, nuestros oídos son el sol.

Así, ver y escuchar contenidos audiovisuales en alta definición y resolución ahora es posible cuándo y dónde queramos. Fundamentales para ello son Internet y los servicios de streaming. Que Spotify haya prometido adherirse a la alta resolución —aunque se ha hecho esperar para cumplirla—, es prueba de esta tendencia que tiene, en la otra vereda, a los fabricantes de dispositivos electrónicos compitiendo por la preferencia de los usuarios.

Uno de esos actores es Sonos, marca estadounidense que hace veinte años entró de lleno en la música digital con una gran variedad de equipos de alta resolución, que se ajustan a una creciente demanda en el ámbito de la domótica: de hecho, es considerada de las pioneras en altavoces inalámbricos interconectados.

De ese catálogo pudimos probar el Beam Gen 2, la segunda versión de una barra de sonido que anuncia grandes características y que está pensada tanto para potenciar la experiencia cinéfila como la audiófila en el hogar.

Especificaciones técnicas

  • Dimensiones (alto x ancho x profundidad): 68 mm x 651 mm x 100 mm
  • Peso: 2,88 kg
  • Potencia: 120 W
  • Amplificadores: cinco en total (un tweeter y cuatro woofers elípticos) + tres radiadores pasivos
  • Conectividad: WiFi y Bluetooth
  • Salidas: HDMI (eARC), ethernet, óptico digital
  • Audio: Dolby Atmos
  • Asistente por voz: compatible con Amazon y Google
  • Apple AirPlay 2:

Primeras impresiones

Ya se sabe que cada detalle del producto importa, incluido el empaque. En el caso del Sonos Beam, viene en una caja de cartón plegada de tal manera que queda cerrada en forma de maleta, con asa incluida, súper compacta y muy fácil de transportar.

Al abrir el empaque, se observa que cada espacio de la caja es utilizado de manera eficiente. Junto a la barra de sonido está el cable de corriente, un cable HDMI, un adaptador para audio óptico —otro buen detalle— y una guía de inicio.

El Sonos Beam Gen 2 tiene un aspecto moderno. Su parte frontal está cubierta por una rejilla, cuyas minuciosas perforaciones dan la impresión de un tejido denso, que se extiende a lo ancho prescindiendo de esquinas: sus curvas a los costados le dan la continuidad de una elipse achatada.

Así es el empaque de la Sonos Beam Gen 2: elegante y práctico.

En la parte trasera se encuentran los puertos: el de energía, un HDMI, otro ethernet y un botón “Join”, que permite resetear el equipo y también conectarlo a otros sistemas Sonos, una de las gracias y claves de la marca.

La zona superior o lomo de la barra es una superficie lisa, en suave pendiente respecto a sus bordes, donde se ubican tres botones táctiles multipropósitos. Con ellos se puede controlar el volumen, la reproducción y la selección de tracks mediante toques específicos aunque sencillos. Un cuarto botón está destinado a la asistencia por voz: el sistema es compatible con Alexa y OK Google. En el centro del lomo, una sutil pantalla LED indica el estado del dispositivo.

Su color negro —aunque también está en gris— cierra un diseño sobrio y elegante, que en la práctica se camufla en el campo visual. Algo para lo que también es relevante su tamaño: si bien tiene mayores proporciones y peso (cerca de 3 kilos) que otras barras de sonido, lo que da una idea del poder de sus componentes, se puede instalar perfectamente sobre un arrimo junto a la smart tv.

Las conexiones que permite la Sonos Beam Gen 2.

Instalar, conectar, calibrar

Si bien el proceso de instalación es sencillo, requiere de la descarga de la app de Sonos para completar la configuración del dispositivo. El paso a paso toma unos diez minutos, por lo que puede poner a prueba la paciencia de los acostumbrados a la instantaneidad. Más aún porque durante todo ese tiempo hay que estar atento a las indicaciones y responder a las solicitudes que surgen desde la guía virtual.

Que el proceso sea “largo”, al menos para los ansiosos estándares actuales, tiene justificación: entre otras cosas, acá el dispositivo se conectará al wifi, se acoplará a la smart TV y se le indicará a la app en qué lugar de la casa estará instalado. Esto último es relevante, sobre todo cuando se planea configurar un sistema de audio Sonos con distintos dispositivos repartidos en el hogar, los que luego se podrán controlar en simultáneo o de manera independiente desde la app.

Los dispositivos Sonos son “inteligentes” y se adaptan a cada espacio físico para proveer el mejor sonido posible en dicho contexto. La función Trueplay, disponible desde la app, permite calibrar cada equipo con un particular ejercicio: hay que recorrer la habitación desplazando el smartphone de arriba a abajo por cada rincón. Éste emite un sonido cuyas ondas chocan contra los muros y objetos, las que vuelven a ser captadas en el rebote. No adelantaré detalles pero lo resumo: sí funciona y marca diferencias.

Por otro lado, si bien es posible emparejar los equipos del hogar con Beam por medio de Bluetooth, Sonos recomienda hacerlo por wifi, sobre todo si el plan es tener un sistema de audio multiconexión. A diferencia de Bluetooth, la red inalámbrica permite sincronizar una decena de dispositivos sin limitaciones de distancia, pues los equipos Sonos funcionan como un repetidor de señal, ni las potenciales interrupciones de una llamada. Solo preocúpate de tener una conexión estable.

Dolby Atmos en casa

Una vez configurada y sincronizada la barra de sonido, comienza el espectáculo que estábamos esperando. Y el cambio es perceptible desde el primer momento: la proyección del sonido cambia rotundamente respecto a lo que conseguía originalmente desde el par de parlantes incorporados en la smart TV.

Las voces ganan en presencia, con un sonido nítido, claro y definido; los sonidos graves resuenan sumamente profundos, algo que puede ser muy deseable cuando se ve películas o series cuyo tratamiento apunta a “deslumbrar” con estruendos hiperrealistas y música de fondo que incremente el drama y la tensión.

Para lo anterior, el Sonos Beam Gen 2 cuenta con cinco altavoces, de los cuales uno es un tweeter que procesa las frecuencias agudas, y cuatro son woofers de rango medio que trabajan las medias y graves de manera independiente. A ello añade dos radiadores pasivos que añaden profundidad a los bajos. Todo esto pasa por un procesador que, según explica la marca, es 40% más poderoso que en su versión anterior.

Los botones tienen algunos comandos, pero son fáciles de entender.

Luego, el dispositivo reparte el sonido por toda la habitación, disparando crecientes ondas de audio en sentido frontal y lateral, que rebotan por las paredes y el techo. El resultado es una ola de sonido que llega desde todos lados, sobre todo cuando se reproducen contenidos en Dolby Atmos.

Para conseguir un resultado más óptimo, es necesario pasar por el proceso de calibración a través de la función Trueplay. Cada habitación tiene sus particularidades, ya sea por su tamaño como por la cantidad de objetos que hay en ella.

Por ejemplo, el lugar en el que instalé el dispositivo cuenta con un gran ventanal que da a un balcón, por lo que la fuga de ondas de audio es una amenaza para el sistema. Aunque previo a la calibración la barra lograba proyectar de muy buena manera el sonido, fue solo tras el Trueplay que logré sentir un resultado más consolidado: básicamente, el de tener una experiencia de cine en casa.

Otro punto relevante durante la prueba fue la diferencia del resultado obtenido según el punto de conexión utilizado en la TV. Al comienzo, utilicé el puerto óptico digital, aprovechando que el Beam Gen 2 incluye el adaptador entre los accesorios. Aunque el sonido que obtuve fue sorprendente, el procesamiento que hace desde este punto no fue lo suficientemente rápido, por lo que se generó un desfase (delay) entre la salida de audio de la TV y la que emitió la barra. Bastaba bajar el volumen al televisor y mantener al Beam como la única fuente, pero claramente no es la idea.

Esto sería un problema importante si no fuera por un detalle: el punto de conexión óptimo para este tipo de dispositivos no es el óptico sino el HDMI Arc, un sistema que está pensado para llevar el audio de la smart TV a componentes externos, como una barra de sonido. Una vez que hice el cambio de conexión, el delay se acabó y el sonido quedó sincronizado.


La app: un mundo de posibilidades

La relevancia de la app Sonos S2 —gratis en la App Store y Google Play— no acaba tras la configuración. Ésta es fundamental para administrar y gestionar la barra.

Por ejemplo, a través de ella puedes controlar el volumen —aunque también puedes sincronizar el control remoto de la TV para que lo haga—, y activar funciones como el “sonido nocturno”, con el que la barra disminuye la intensidad de los sonidos fuertes, como una explosión en una película, y aumenta los suaves. Así se puede disfrutar del contenido, con diálogos nítidos, sin despertar a quienes duermen en casa.

Desde la app se pueden ecualizar las frecuencias agudas y graves a gusto, así como darle mayor o menor intensidad al sonido en altura. También añadir y sincronizar otros dispositivos Sonos que complementen a Beam, como un subwoofer; gestionar el control parental de contenidos, administrar tu biblioteca musical y un sinfín de otras opciones.

Por acá también nos informa en qué formato se está reproduciendo el audio, lo que puede variar si estás viendo contenido desde la televisión por cable, una cuenta gratuita de Youtube —donde no siempre se cuenta con audio de alta calidad— o desde un servicio de streaming, y también a la cantidad de altavoces con que se cuenta: no olvidemos que Dolby Atmos opera óptimamente con un sistema 7.1, para lo que es necesario agregar al menos un subwoofer.

Así se ve la app de Sonos: elegante e intuitiva.

Por otro lado, la app es compatible con la gran mayoría de los servicios de streaming musical —desde Spotify a Qobuz, pasando por Apple Music, Amazon y Tidal, entre otros—, por lo que puedes controlarlas desde Mi Sonos. ¿Por qué hacerlo? Así puedes utilizarlas todas al mismo tiempo, incluso armar playlists que involucren tracks desde cada servicio, y gestionar desde qué dispositivo se escuchará. Quien tenga varios equipos de la marca en casa puede crear distintos ambientes musicales o compartir el mismo contenido, no importa en qué punto se encuentre.

Veredicto Práctico

Sonos sorprende con Beam Gen 2, una barra de sonido de alta inteligencia que reafirma la idea de que los detalles importan. Desde un empaque compacto fácil de transportar hasta su diseño moderno, elegante y discreto, que se adapta a cada espacio por medio de una calibración para ofrecer audio espacial de alta definición.

A ello se añade una app que es un verdadero mundo de posibilidades, y que se potencia en la medida que se le añadan más dispositivos y se le enlace con más servicios de streaming. A pesar de que cuenta con harto recoveco, permite administrar y gestionar hasta el más mínimo detalle del producto de manera súper sencilla, ofreciendo guías en el camino. Queda en evidencia la preocupación y el estudio que ha dedicado Sonos a cada paso y etapa de uso de sus productos.

La experiencia sonora con Beam Gen 2 es espectacular: ya se trate de ver películas o series como de escuchar música. Seguramente, los gamers también encontrarán en este dispositivo un gran aliado para su búsqueda de experiencias inmersivas.

Si bien para obtener esta barra de sonido habrá que pagar un alto precio, no queda duda que se trata de dinero bien invertido, sobre todo cuando se busca armar un sistema de sonido que lleve la experiencia del cine a casa. Allí, los detalles importan. Sonos lo sabe y, por eso, deja la vara alta.

Nota: ⭐⭐⭐⭐⭐


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 25 de marzo de 2024. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

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